Una de las cualidades que más llama la atención de los gatos, al igual que de la mayoría de los felinos, es su gran agilidad. Son capaces de dar grandes saltos, subir hasta los lugares más inverosímiles, mantener equilibrios casi imposibles y cruzar por zonas llenas de obstáculos sin rozar ni tirar nada.
Sin embargo, en ocasiones, podemos observar que nuestro gato comienza a perder interés por todo aquello que le rodea, busca un lugar donde descansar y reduce su movilidad a casi lo imprescindible, síntomas que nos indican que nuestro gato puede estar sufriendo artrosis.
Síntomas
La artrosis es una enfermedad degenerativa que afecta a las articulaciones, y suele aparecer cuando el gato ronda los 12 años, aunque, como resultado de otras dolencias, el animal puede sufrirla antes, como en caso de caídas o accidentes o si padece obesidad.
Cuando la enfermedad aparezca, notaremos que tiene más dificultad para saltar a lugares elevados, entrar en su caja de la arena o caminar cuando lleva un rato descansando. Si la artrosis está muy avanzada puede quejarse al mover alguna zona del cuerpo e incluso presentar cojera en una o más patas.
Pero no sólo será su movilidad lo que se verá afectada, porque también notaremos cambios en su carácter. El gato artrósico se vuelve menos cariñoso y busca más estar solo y tranquilo que antes, evitando el contacto tanto con nosotros como con otros animales de la casa. También podemos notar que sufre una pérdida de apetito.
Tratamiento
Deberemos llevarle entonces al veterinario para que determine si, efectivamente, el animal sufre artrosis. Si es así, le recetará algún medicamento para reducir el dolor y determinará una dieta a seguir si el animal presenta sobrepeso.
Hacer que se ejercite suavemente, sin forzarle, evitar que pase frío o ayudarle a subir a su lugar favorito con libros o cajas son medidas que contribuirán a que tu gato tenga una buena calidad de vida.