Cuatro falsos mitos sobre las mascotas (que todavía perduran)

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En torno a las mascotas y, en concreto sobre los perros, siempre ha habido falsos mitos, que van pasando de generación en generación y que aún hoy en día, aunque parezca mentira y se creen desterrados, siguen todavía vigentes. Aquí vamos a hablar de cuatro grandes mitos en relación a los perros que no son ciertos.

Alimentación

La alimentación de los perros es uno de los grandes mitos que aún hoy perdura. Siempre se tiende a pensar que es mejor dar alimentos caseros que piensos preparados a nuestra mascota.

Sin embargo, esto no siempre es así porque en general la comida que se prepara en casa está más pensada para humanos, de manera que no siempre se garantiza que el perro ingiera todos los nutrientes que necesita y en la cantidad adecuada.

En este sentido, siempre que se elabore la comida en casa, se deben tener presentes esas necesidades, aunque lo mejor y más cómodo es recurrir a piensos específicos y de calidad que ya vienen con esas cantidades y proporciones que la mascota necesita.

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Heridas

Otros falsos mitos giran en torno a las heridas. Se tiende a pensar que si las mascotas se lamen las heridas se van a curar antes. Sin embargo, no es así porque este gesto tan común en los perros no es garantía de que vaya a curar y cicatrizar más rápido.

A veces, incluso, puede suceder todo lo contrario porque en la saliva tienen bacterias que pueden desencadenar infecciones, lo que hará que la herida tarda más en sanar.

Siempre es recomendable ante cualquier herida aplicar pomadas desinfectantes o bien el tratamiento que indique el veterinario para que no haya problema en la curación.

Visión

Otro falso mito es que los perros solo ven en blanco y negro. Esto no es cierto. Es un falso mito que se ha basado en que ellos no ven los colores igual que los humanos, pero sí son capaces de identificarlos como, por ejemplo, sucede con el amarillo y el azul.

Miedo

Seguramente, en más de una ocasión has oído que los perros huelen el miedo. En realidad, esto no es así. La mascota no es capaz de detectar este olor, pero sí que tiene un sentido especial para detectarlo.

Y es que el perro está capacitado para detectar cambios en el comportamiento en los que es habitual que se manifieste una cierta debilidad, que es lo que percibe el perro y asocia a esa sensación de miedo.

No obstante, cuando una persona tiene miedo su organismo genera hormonas, que sí son detectadas por el olfato del perro. Así, no huele el miedo, pero sí la reacción del individuo en esa situación.

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