Por más cuidado que se tenga, a veces, es muy complicado que el perro esté libre de parásitos, sobre todo, en el verano. Es una situación que conviene afrontar porque se podría amenazar la salud del can e, incluso, contagiar a otras mascotas en el hogar o bien cuando se relacione con ellas en el parque. Ante estas situaciones, es clave eliminar los parásitos, pero también proteger a la mascota. Una de las soluciones son las pipetas.
Qué son
Las pipetas son soluciones que se integran en el cuerpo del perro con el fin de acabar con los parásitos. En concreto, es como un líquido graso, que se adhiere a la piel del can para que permanezca en ella con el fin de proteger a la mascota.
Este sistema se diferencia de los collares antiparásitos en que estos son externos, mientras la pipeta es interna. No obstante, ambos métodos suelen tener las mismas características y la misma toxicidad, aparte de realizar la misma función.
Uso
La pipeta puede ser conveniente utilizarla en determinados perros, sobre todo, cuando son de pequeño tamaño. Y es que en estos canes es más difícil ponerles el collar porque, en general, les tiende a molestar mucho más.
Además, estos perros suelen salir a la calle con un arnés que se ajusta al cuerpo y son menos incómodos, lo que sigue convirtiendo a la pipeta como una solución más idónea para los perritos.
Pero, aparte de tener en cuenta este aspecto, también conviene saber una serie de particularidades de las pipetas y de su modo de empleo. La primera de ellas es su duración, ya que suelen tener un tiempo recomendado de entre uno o dos meses, según la estación.
Por su nivel de toxicidad, la pipeta es algo más segura que el collar, aunque igualmente hay que tomar precauciones en su aplicación tanto para que no afecte a la mascota, a la persona que la aplica y a los niños u otros animales en el hogar.
En concreto, se debe tener cuidado el primer día de aplicación o administración. Así es preferible dejar pasar entre 24 y 48 horas sin bañar ni que se moje el perro de forma accidental, sobre todo, en la zona del cuello, que es en la que se le aplica. De este modo, se evita que se diluya porque todavía no ha pasado el tiempo suficiente para que la solución se adhiera a su piel y el can quede protegido.
Y otra precaución importante es no aplicar la pipeta y darle la pastilla mensual de los parásitos intestinales el mismo día con el fin de evitar irritaciones o interacciones entre ambas.
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