Como todos los veranos, llega el momento de disfrutar de las vacaciones y de viajar con la mascota. Y surgen las mismas dudas, sobre todo, si se va a utilizar el avión como medio de transporte. Para evitar cualquier problema, siempre lo mejor es preparar el viaje con antelación. Y, ¿qué hay que hacer? Aquí te hacemos una lista para que no te olvides de nada, puedas coger el vuelo y llegar al destino elegido solo teniendo que pensar en vivir unos magníficos días.
Los pasos previos
Antes de viajar en avión, siempre es recomendable acudir a la consulta de un veterinario. Esta visita se aconseja que se realice en un plazo determinado, siendo el más adecuado entre dos semanas y un mes antes de salir de viaje.
En esta consulta, el veterinario deberá realizar una valoración general del animal de su estado físico y de salud para comprobar que puede viajar sin problemas. Aparte, se comprueba si se parte de una buena situación para soportar el posible estrés que le genere el viaje en avión.
Además, será el momento en el que hay que repasar los tratamientos y las vacunas, así como de recibir recomendaciones en función del destino al que se vaya a viajar con la mascota porque cada uno de ellos tiene sus propios requisitos o pautas.
De este modo, aunque se acuda al veterinario, siempre es clave consultar la página web del gobierno de cada país o de sus embajadas para comprobar los requisitos que se establecen y, si es necesario, aclarar dudas en la consulta.
Unión Europea
Aunque, como hemos comentado anteriormente, cada país tiene sus propias normas, sí se pueden dar unas cuentas que son genéricas para viajar por la Unión Europea. Son requisitos que, igualmente, sirven de pauta u orientación para otros destinos.
En aquellos casos en los que se viaje en avión dentro de la Unión Europea, conviene saber que el perro tiene que llevar el microchip y el pasaporte asociado a ese microchip. También debe tener puesta la vacuna de la rabia y, en algunos países, se piden tratamientos antiparasitarios para gusanos.
Y, finalmente, a la hora de viajar, hay que consultar con cada compañía como tiene que ir la mascota. En algunas se acepta el transportín, mientras en otras se apunta directamente a que deben ir en la bodega.
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