El primer baño del cachorro es una experiencia importante, ya que de él va depender que lo asocie con una experiencia positiva y acepte con facilidad ser bañado cada vez que es necesario. Por ello es importante ser pacientes y preparar bien su primer baño.
Se aconseja bañar por primera vez al cachorro una vez haya terminado el calendario de vacunación, ya que de ese modo evitaremos que se enfríe o que contraiga enfermedades como el moquillo.
Si nuestra bañera es muy grande, y nos va a resultar difícil controlar al animal y evitar que resbale, podemos utilizar el lavabo o elegir un barreño para él, donde lo bañaremos más cómodamente.
Es importante la temperatura ambiente en el lugar donde lo lavemos sea agradable y debemos intentar que el agua ronde los 39 ºC (sin sobrepasar dicha temperatura) ya que la calidez del agua, además de hacer que el cachorro se sienta mejor, contribuirá a relajarlo, y bañarle será más sencillo.
Debemos utilizar un champú suave especial para cachorros, preferentemente uno que nos haya aconsejado nuestro veterinario para no irritar su piel. Para secarle, nada mejor que una toalla vieja y limpia. En cuanto al secador, utilizarlo o no dependerá sobre todo del frío reinante, pero debemos tener cuidado, ya que con toda seguridad asustará al cachorro. Nunca lo aplicaremos cerca de la piel del perro, ya que podríamos quemarle.
Comenzaremos el baño por la cabeza del animal, cuidando mucho de que el champú no entre en contacto con los ojos o la parte interna de las orejas. Para ello, lo mejor es utilizar una toalla que hayamos mojado en el agua templada y a la que hayamos aplicado un poco de champú para enjabonarla. Después aplicaremos el champú por el resto del cuerpo y lavaremos el pelo del animal con un suave masaje, para después aclararle y secarle.