El lenguaje de los caballos


Los caballos son animales muy sensibles que viven en manadas, lo que los ha hecho desarrollar un sistema de comunicación que integra sus gestos faciales, la postura de su cuerpo y movimiento de la cola y los sonidos que emite.

Cuando queremos entender a un cabello, deberemos fijarnos en la totalidad de su cuerpo, ya que hay expresiones corporales, como por ejemplo las orejas hacia atrás, que pueden significar varias cosas, por lo que deberemos buscar señales que nos digan exactamente cómo se siente el animal. Aquí tienes algunas pistas:

– Si tiene los ojos muy abiertos y se le ve claramente el blanco de los ojos, el cabello está enfadado o nervioso.

– Si tiene los ojos medio cerrados, está tranquilo y relajado.

– Si tiene las orejas hacia delante, significa que está atento y mirando curiosamente algo.
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El caballo Pura Raza Español


El caballo Pura Raza Español o caballo Andaluz, como también se le conoce, es originario del sur de España, aunque no se conoce exactamente su procedencia.

Es un animal muy bello, con ojos vivos y mirada despierta, lo que nos da idea de su gran inteligencia. Sus orejas son de tamaño mediano y están en continuo movimiento. Tanto su dorso como sus extremidades están muy musculadas y suele medir alrededor de 1,50 metros.

Su crin es abundante, espesa y a veces ligeramente ondulada. En cuanto a su capa, lo más común es que sea torda, aunque también puede ser castaña. Es muy raro encontrar un Pura Raza Española de capa negra, lo que hace que los animales que la poseen sean muy valorados.

Se trata de un animal especialmente equilibrado y tranquilo al que le resulta muy sencillo lograr una perfecta armonía con su jinete, porque además son muy obedientes al mando, dóciles y fáciles de tratar, sin el continuo nerviosismo que suele caracterizar a otras razas. Sin embargo, al mismo tiempo posee un carácter fuerte, con aires enérgicos, lo que le dota de ese temperamento tan particular.

Por otra parte se trata de un caballo muy fuerte, que suele recuperarse con facilidad de las enfermedades y que tolera bien el calor.

Además de su gran inteligencia, destacan en él su capacidad de aprendizaje y su memoria, por lo que puede ser utilizado para cualquier tipo de doma, especialmente doma clásica, donde estar muy considerado, ejecutando ejercicios de alta escuela con gran habilidad así como otras actividades como el rejoneo, la doma vaquera y el paseo. También es muy utilizado en las clases de hípica, así como en labores de campo, sobre todo en el trabajo con el ganado.

Cuidado de los cascos del caballo


Pocas sensaciones se pueden comparar a montar un caballo al galope, sintiendo la fuerza y la armonía del animal. El caballo está hecho para correr y para trotar, y para poder hacer sin lesiones ni problemas, es necesario que sus cascos estén bien cuidados, ya que son ellos los que le permiten desenvolverse en prácticamente todo tipo de terrenos.

Cuando está en libertad, estos cuidados no son necesarios, ya que el casco se regenera en proporción directa al desgaste causado, pero el caballo doméstico tiene que soportar el peso del jinete, las horas de establo, y las actividades que desarrolla, por lo que el desgaste de los cascos es mayor que su regeneración, de ahí que sea necesario el uso de herraduras.

Además, todos los días, deberemos dedicar al menos unos minutos a la limpieza de los cascos preferentemente antes de montarlos. Esto es importante porque en los cascos pueden acumularse objetos que dañen las partes blandas de los cascos, lo que le puede provocar heridas y además es una parte del animal que está en contacto con el estiércol, lo que puede hacer que, si existen heridas o cortes se infecten y terminen por lesionar al animal.

Para limpiarlos utilizaremos una herramienta denominada limpiacascos, que utilizaremos desde el talón hasta la punta del casco, teniendo cuidado de no tocar las partes blandas, prestando atención a los surcos y a la ranura central, comprobando que no existen cortes, grietas ni piedras clavadas. También comprobaremos que las herraduras están perfectamente colocadas.

Para terminar aplicaremos alquitrán para cascos, que nos ayuda a combatir los gérmenes, y el mal olor y pomada para cascos, que los hidrata, evitando que se sequen y aumentando su flexibilidad.