El gato Maine Coon hereda su nombre del estado norteamericano de Maine. De hecho esta raza es la única que ha nacido en los Estados Unidos, donde se le conoce como «gato cantor» por su maullido, muy melodioso. Originariamente se le usaba como cazador de ratas pero poco a poco se fue convirtiendo en mascota casera.
El Maine Coon es un gato musculoso, de pecho ancho y pelaje semilargo, posee una característica cola larga y ancha en su base. Este rasgo, además del «collar» de pelo que rodea su cuello, lo distingue de los demás gatos. Su mezcla de colores, en distintas gamas de marrones y grises y su constitución fuerte hacen que se parezca a un gato salvaje o a un lince.
Por su mata de pelo, conviene cepillarlo a menudo para así retirarle las capas de pelo suelto y evitar los nudos.
Es un animal bastante corpulento, suele alcanzar los 8 kilos, pero a veces llegan incluso hasta los 14 kilos de peso, mucho en comparación con la mayoría de gatos. Las hembras, sin embargo, se suelen quedar en el peso medio de cualquier gato, los 5 kilos. El Maine Coon tarda en crecer, no se forma del todo hasta los 4 años.
De carácter curioso y afable, juguetón y bueno con los niños. Como buen gato, le gusta su independencia y puede mantenerse en un apartamento. Su pasado cazador hace que le guste el ejercicio, así que si tienes acceso a un patio o una terraza, tu gato lo agradecerá.
El rasgo del cáracter del Maine Coon más especial es que es de los pocos gatos a los que le gusta el agua, no teme tocarla con la zarpa y hasta es posible verlo chapoteando en ella.
El Maine Coon como raza, tiende a padecer algunas enfermedades como la displasia de cadera o problemas de corazón.