El juego es clave para el desarrollo del niño y para el bienestar de la mascota, por eso, ambos forman un tándem perfecto para entretenerse juntos y, así, estrechen lazos de amistad.
Eso sí, es importante que el niño no confunda a la mascota con un juguete, explicándole que, además de ser un excelente compañero de juegos, su tenencia implica muchas responsabilidades. Así, hay que explicarle las obligaciones diarias que llegarán junto a su nuevo amigo: pasearle, llevarle al veterinario, ocuparse de su comida, cepillarle… Una vez que el pequeño haya comprendido esto, podrá jugar con su compañero a un montón de juegos. ¿Quieres que te hablemos de algunos?
Pelota
Uno de los juegos a los que niños y perros pueden jugar juntos es a la pelota. Lo mejor es que se le explique al niño que no puede lanzar la pelota hasta que el perro obedezca la orden de sentarse a su lado. Además de la pelota, pueden usarse otros accesorios caninos o juguetes.
Agility
Si al perro le sobra energía y se cuenta con un pequeño jardín, niños y perros pueden practicar una modalidad deportiva denominada agility, que consiste en recorrer un circuito con obstáculos. Los niños pueden construir obstáculos sencillos para que el perro salte o pase por debajo.
Disco volador
El lanzamiento de frisbee, o disco volador, también resulta un juego atractivo y motivador para el perro. Además, al niño le encantará poder contar con un amigo con quien jugar a este clásico juego.
El escondite
Los niños también pueden jugar al escondite con el perro. Si el niño se esconde y llama al animal, éste seguro que va a buscarlo. Además, se puede aprovechar para premiar al perro cuando acuda a buscar al niño y, así, se practica la obediencia clásica con el animal.