¿Por qué los perros comen sin masticar?


Ya sea cuando llega el momento de darle la comida en la escudilla al perro o cuando queremos darle directamente una golosina o un trozo de alimento en nuestra mano, podremos observar que, independientemente de lo que coma, lo engullirá con toda rapidez, sin masticar y sin, desde el punto de vista humano, apenas saborearlo. Una vez engullido el bocado, se relamerá y esperará el siguiente, que tragará del mismo modo.

Este comportamiento no es gratuito, sino que está genéticamente programado para ello desde su pasado como lobo.

En la naturaleza, cuando el alimento escaseaba y había que competir con el resto de la manada para alimentarse, no había tiempo para masticar y reducir a trozos pequeños la comida, sino que el objetivo era consumir la mayor cantidad de alimento en el periodo más corto posible, lo cual era una estrategia de supervivencia que los animales conservan hoy en día.

Esta estrategia es posible gracias a la capacidad del esófago del perro para dilatarse y permitir el paso de grandes trozos de comida, hasta cinco veces más que el de un humano.

Esta falta de masticación, sin embargo, puede provocar problemas de salud en el animal, como la obesidad, debida a la gran cantidad de aliento que pueden ingerir, problemas digestivos e incluso atragantamientos por algún trozo de comida que sea demasiado grande incluso para el perro.

Conseguir que el perro mastique tranquilamente es casi inalcanzable, pero sí podemos lograr que coma más despacio si, por ejemplo, le ponemos el bol de comida un poco más alto de lo normal, de forma que no tenga que agachar tanto el cuello para comer, con lo que comerá más relajado.

Mezclar alimentos naturales como pollo o huevos con el pienso le ayuda a relajarse y, por lo tanto, a comer más despacio.

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