El cuerpo de un perro está hecho para el movimiento y gracias a siglos de cría selectiva, también puede realizar un sinfín de tareas físicas para ayudar al hombre. Aunque no lo creas, todos los perros mantienen su instinto natural de presa. Si te paras un momento a observarles verás cómo ven la “presa” y su cuerpo comienza a mostrar su nerviosismo. Cuando hablamos de presa, no nos referimos a otro animal o persona, su presa puede ser una pelota de goma o simplemente un trozo de salchicha.
Los perros necesitan hacer ejercicio para ser felices y estar saludables. El movimiento le sirve de ayuda para perder el exceso de peso, así como para ir aprendiendo a controlarse. Cuando dueño y mascota realizan ejercicio juntos, consiguen que su relación sea mucho más estrecha. Ambos saben que en ese momento cada uno depende del otro. Hacer ejercicio con nuestro perro es, también una manera de conseguir hacer deporte a diario.
Durante esta actividad física se debe entrenar al perro sobre todo cuando es cachorro pero, a veces, la diversión del entrenamiento se estropea por las actitudes de los participantes, por los instructores, o simplemente la falta de objetivos comunes. Mientras andáis, puedes enseñarle ejercicios de agilidad pero hazlo despacio y con cuidado para que tu amigo no sufra ningún tipo de lesión.
Da igual el tamaño de tu perro: algunas de las razas más grandes pueden ser muy ágiles y algunos pequeños pueden ser verdaderamente torpes. No hagas de este aprendizaje una competición, ya que se pueden vivir situaciones demasiados tengas sin necesidad.