Las cobayas suelen ser mascotas habituales en los hogares. Y, además de conocer sus cuidados y alimentación para velar por su bienestar, conviene saber otros aspectos, al igual que sucede con otros animales de compañía. Entre todos estos puntos, uno de los más importantes es la castración. Es algo más frecuente en perros y gatos, pero ¿qué sucede en el caso de las cobayas? ¿Conviene o no castrarlas? Aquí intentamos aclarar las principales dudas.
Ventajas
El principal beneficio de castrar a las cobayas es evitar las camadas indeseadas, aparte de favorecer la convivencia entre varios ejemplares, especialmente, si se tiene más de un macho dentro del mismo grupo. Para esta vida, más tranquila y con menos estrés, conviene realizar la esterilización a una edad temprana.
Aparte de estas ventajas, aún hay algunos aspectos positivos más. Por ejemplo, la cobaya también se muestra más serena y más calmada tanto dentro del grupo como a nivel individual, aunque el efecto en la personalidad por sí misma es mínimo y mantendrá su carácter.
Lo que sí varía es el comportamiento ante las cobayas de otro sexo, sobre todo en los machos a los que se les eliminan las ganas de hacer peleas por estrés sexual o dominancia.
Inconvenientes
La intervención para la castración tiene un riesgo bajo, pero no es así en el caso de la anestesia. En este caso, se corre un mayor peligro en comparación con otras especies. Esto hace que no se recomiende de forma habitual en las hembras en las que castrar lleva más tiempo y es una cirugía más laboriosa que requiere más tiempo de anestesia y una mayor recuperación.
En la cobaya macho, el proceso es más rápido, precisando menos tiempo de anestesia y una más rápida recuperación. Esto hace que se recomiende más para los machos que para las hembras, aunque también esto depende de si existe alguna patología que requiera la castración como única o mejor solución para el animal.
Artículos relacionados: