Los perros, al igual que nosotros, pueden estresarse, tanto desde el punto de vista físico como emocional, en cuyo caso necesitará nuestro apoyo para poder superar esa situación.
Detectaremos que nuestro perro está estresado principalmente por los cambios en su comportamiento. Puede que se vuelva agresivo e incluso llegue a mordernos, o puede que se deprima y su comportamiento se torne apático y desganado. Entre las causas que pueden llevar a los perros a esta situación podemos destacar las siguientes:
– Estar encerrado mucho tiempo: No hay nada peor que dejar a nuestra mascota encerrada durante horas en un pequeño recinto, ya sea un piso o un pequeño jardín, sobre todo si está atado. Esta inmovilidad hace que el perro no pueda quemar energía, lo cual le genera ansiedad, que terminará desembocando en estrés. Si no tenemos más remedio que dejar a nuestro perro encerrado, cuando lo saquemos a pasear deberemos asegurarnos de que haga ejercicios físico, juegue y agote toda su energía.
– Cambios en el entorno: Una mudanza, la muerte de uno de los amos, problemas de salud o que haya demasiada gente en la casa puede ocasionar que nuestra mascota se estrese. Si lo notamos tenso deberemos calmarlo, hablándole con suavidad para que se cerciore de que la situación no representa ningún peligro.
– Cuanto mayor sea un perro más le costará asimilar los cambios y más estrés le supondrá cualquier cambio en su rutina. Por ello, si lo dejamos solo, deberemos pedir a alguien conocido que se ocupe de él, de forma que no se sienta abandonado e intentaremos adaptarnos a su rutina lo más posible.
Si notas que tu perro está muy estresado, lo mejor es que consultes con el veterinario para saber cómo puedes hacer que recupere la tranquilidad cuanto antes.