La lengua de los gatos es sorprendente. Es una parte de su cuerpo que tiene diversas particularidades, que para muchas personas son un tanto desconocidas. Son unas características que responden a unas funciones que son necesarias en el día a día del gato. De hecho, todas las personas que tienen un minino en el hogar, habrán observado que la utilizan para su higiene. Pero hay más funcionalidades.
Aspereza
La lengua de los gatos es áspera. Si se ha sido una persona afortunada con una caricia del gato –muestran el afecto a las personas pasando la lengua por la mano-, seguro que has notado que el tacto no es suave.
Más bien es una sensación que no es agradable, aunque el gato lo hace con buena intención. Incluso hay personas a las que no les gusta porque se nota como una especie de raspado.
La clave está en que la lengua de los gatos está formada por picos, que son como de tiburón o ganchos. Aparentemente, si se observa, parece que sean pelos. Pero no lo son. Estos picos son sus papilas gustativas, que presentan esta forma tan particular.
Las funciones
Esta estructura de la lengua de los gatos es muy útil para ellos. La primera de las funciones es que les facilita poder comer y beber. Por ejemplo, gracias a esa forma de las papilas gustativas, pueden coger el agua u otros líquidos para beber.
También esta estructura, junto con la dureza que les aporta tener en la lengua una gran cantidad de queratina, les ayuda a comer porque les permite retirar huesos en el caso de alimentarse de presas que hayan podido cazar –igualmente facilita inmovilizarlas una vez atrapadas- o bien quitar espinas del pescado.
Otra función de la lengua es su limpieza. Esta es más conocida. Al pasar la lengua por su pelo, retiran el pelaje muerto que se ha caído, además de asearse. Pero es un gesto que igualmente responde a su instinto depredador porque así eliminan olores y aceites naturales que podrían descubrirles en el caso de tener que cazar.
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