En torno al carácter de los gatos hay muchos mitos. En general, se tiende a pensar que son complicados y que es difícil llevarse bien con ellos por ese exceso de independencia. Sin embargo, no tiene por qué ser así. Hay gatos que son hogareños y mantienen una buena relación con todos los miembros de la familia. Para aquellos casos en los que la relación es algo más compleja, aquí damos algunos consejos.
Las claves para relacionarse
Para establecer un buen vínculo con el gato de cara a una buena convivencia, lo mejor es conocer al minino y respetarle. De este modo, hay que tener claro que estos animales de compañía son territorialistas, es decir, que necesitan su propio espacio.
Es importante así que tenga zonas propias en la casa para su cama, comedero, arenero… aunque también es cierto que entienden todo el piso como su espacio por lo que consideran que son los únicos que tienen el beneplácito de decidir quién está o no en él.
De esta forma, si el gato no ha validado a esa persona seguirá habiendo una relación conflictiva que llevará a gestos de desacuerdo o bien simplemente el minino optará por esquivar y evitar todo contacto.
A la hora de validar, es importante saber también que al gato no le gusta que las personas se acerquen a él de forma extraña porque siente que se le va a cazar. Es clave acercarse sin que note tensión, miedo… porque los mininos, como muchos animales, tienen un sexto sentido muy desarrollado, aparte de ser muy observadores.
Esto les permite detectar fácilmente el comportamiento de las personas y de cualquier otro animal. Un motivo por el que, en este acercamiento, los individuos deben cuidar a su vez el tono de voz y la actitud, entre otros factores.
La mejor manera de acercarse así es mostrarse tranquilo frente al gato para que se vaya acostumbrando a la presencia y acepte que se forma parte del hogar. Y, por supuesto, hay que tener un poco de paciencia porque, en parte, es cuestión de tiempo.
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