Los perros, como todos los animales, suelen tener comportamientos diarios que no son extraños, aunque a veces sí adquieren algunas costumbres que suelen llamar la atención a las personas porque se salen de las habituales que realizan todos los días o aparecen de repente. En algunos casos, no hay que preocuparse porque son totalmente normales, se realizan en determinadas situaciones y tienen un significado. Sin embargo, en otras, se recomienda prestar atención. Y, ¿qué hacer ante determinadas costumbres del can? Aquí contamos algunas de las que pueden parecer extrañas y sus claves para que las comprendas.
Las costumbres
Uno de los comportamientos que más llama la atención en los perros es correr en círculos. Este acto tiene un claro significado: necesita un paseo y lo está pidiendo de manera urgente salir, correr, jugar…
Este comportamiento se conoce como FRAPs (Frenetic Random Activity Periods) o Períodos Aleatorios de Actividad Frenética y lo realiza para desprender energía ante la inactividad o la no realización de suficientes paseos o actividad física durante los mismos.
Sin embargo, hay que tener cuidado si en este movimiento el perro intenta cogerse o atraparse la cola. En este caso, lo que puede haber detrás es un comportamiento compulsivo-nervioso que, además, suele estar originado por un dolor. Según las indicaciones de los expertos, es un gesto habitual en perros que tienen una infección en el oído o bien una lesión en los dientes. De este modo, con el comportamiento, lo que buscan es descargar el estrés que les genera esa situación.
Siguiendo con los giros, tampoco es extraño que los perros giren antes de echarse una cabezada. En este caso, también es una costumbre normal que está relacionada con el territorio y su seguridad.
Los perros, como otras especies animales como los lobos, tienen el rasgo de marcar con sus hormonas y olor corporal el espacio en el que duermen con el fin de protegerlo y pedir respeto frente a otros canes e, incluso, su camada. Normalmente, este gesto se suele hacer en su cama o el sitio habitual en el que duermen y nunca es en un lugar aleatorio.
Este comportamiento es más habitual en perros que conviven con otros perros u otras mascotas y menos frecuente en aquellos que son el único animal de compañía en el hogar porque nadie va a molestarles durante su descanso ni quitarles el sitio.
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