La etología canina pone el acento en el estudio, observación y comprensión del comportamiento de los animales. Por tanto, profundiza en las causas y variables que influyen en una conducta. Es una disciplina que no solo aporta luz en torno a hábitos y rutinas que son positivas para los perros, sino que también acota aquellos elementos que interfieren en su bienestar. Por ejemplo, es posible atender síntomas de agresividad.
Etología y adiestramiento canino: ¿En qué se diferencian?
El etólogo analiza cada caso de forma particular para tener una visión integral de cuáles son los factores externos e internos que influyen en el comportamiento del animal. De este modo, si en algún momento percibes un cambio repentino en el comportamiento de tu mascota, y ese hecho te preocupa por las consecuencias que provoca en el entorno, puedes buscar ayuda especializada. El consejo del etólogo es clave para clarificar la situación y diseñar un plan de acción.
Aunque existe cierto paralelismo entre la labor que desarrollan el etólogo y el adiestrador de perros, conviene indicar que son profesiones diferentes y complementarias. Aunque el adiestrador también incide en el comportamiento del animal por medio del entrenamiento necesario para adquirir nuevas habilidades, la etología canina ofrece una comprensión más completa del comportamiento y la psicología del animal en función de su naturaleza. El etólogo aporta un diagnóstico preciso que se completa con el tratamiento adecuado.
Antes de contactar con un etólogo, habla con el veterinario habitual de tu perro
La etología canina ofrece recursos y herramientas de ayuda para potenciar el bienestar del animal en la convivencia familiar. ¿Y cómo contactar con un etólogo o cómo puedes saber si es necesario consultar el consejo de este profesional? En primer lugar, habla con el consejo del veterinario habitual que realiza un seguimiento de tu mascota y resuelve cualquier duda al respecto.