Cuando se quiere tener una primera mascota, surgen muchas dudas sobre su cuidado, alimentación, salud… y también sobre su sexo. Hay muchas personas que dudan entre elegir un animal de compañía que sea macho o bien hembra. Y, ¿qué es mejor? ¿Realmente hay diferencias entre ambos? Aquí desvelamos estas y otras preguntas para tomar la decisión más adecuada.
Carácter
Uno de los primeros mitos que hay que desvelar en relación a las mascotas es que no importa su sexo porque cada animal de compañía tiene su propio carácter. Además, en los cachorros no suele haber diferencias significativas en su comportamiento.
Cuando las mascotas son pequeñas, en general, todas tienden a ser activas, juguetonas y cariñosas porque tienen que aprender y están en pleno proceso de desarrollo. Esta etapa es especialmente importante porque es aquí cuando se va a formar el carácter del animal de compañía y la relación con el dueño o personas de la familia por lo que se recomienda prestarle atención.
Dicho esto, sí hay algunas particularidades que se deben tener en cuenta, aunque no dejan de ser generalidades que no tienen por qué cumplirse. De este modo, se tiende a pensar que los machos son más extravertidos que las hembras, que suelen mostrarse más tímidas con las personas que no conocen.
Etapa adulta
A la hora de adoptar una mascota macho o hembra, sí hay que tener en cuenta la reproducción y la etapa de celo, que es diferente en cada uno de ellos. No obstante, no hay que olvidar que existe la castración, que hoy en día puede hacerse sin ningún tipo de problema.
Y aquí también hay que desterrar otro falso mito: la castración no cambia el carácter de la mascota, pero sí puede modificar algunos comportamientos como el marcaje con orina fuera del arenero en el caso de los gatos. Por lo demás, no tiene que haber ningún problema ni ninguna diferencia entre macho y hembra.
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