Tener un bebé no significa tener que decir adiós a tu perro. Lo que si vas a tener que hacer es conseguir que los dos “bebés” de la casa se conviertan en los mejores amigos. Los expertos sugieren que la preparación para la llegada del bebé con suficiente antelación y la toma de algunas precauciones pueden evitar fricciones y celos entre el pequeño bebé y el bebé peludo. Recuerda que vas a tener que repartir mimos para los dos.
Los perros, y también los gatos, son animales de costumbres. La llegada del bebé hará que se perturben algunas de sus rutinas. Intenta que sus rutinas se mantengan igual. Antes de la llegada del bebé tendrás que acostumbrarle a rutinas diferentes como por ejemplo: una nueva ubicación de su comida, o restricciones de paso a algunas partes de la casa. Si le acostumbras antes, cuando llegue el bebé él no notará diferencia.
Cuando llegue a casa el nuevo bebé, salúdale como siempre con mimos y caricias y preséntale al nuevo miembro de la familia. Enséñale suavemente al bebé para que le pueda ver mientras le estás acariciando. A partir de ese momento debes incluirle en la mayoría de las actividades que él pueda realizar con vosotros. Puedes hacer que te acompañe mientras cambias los pañales al bebé y mientras puedes ir hablándole diciendo en alto el nombre del bebé.
La mayoría de problemas de comportamiento exhibido por las mascotas después de la llegada a casa del bebé se derivan de los celos por abandono. Sal a pasear con los dos. Esta es una actividad que os vendrá muy bien a los tres.
Definitivamente que el tema es muy bueno y sobre todo el consejo tan atinado para los que conpartimos nuestra vida diaria con nuestras mascotas (perros, gatos u otros) pues, por que desasernos de nuestra mascota si este serà el amigo incondicional de nuestro hijo. Pienso que lo que se hace con amor y paciencia con nuestros amigos peludos se consigue.
Claro que si.