En más de una ocasión, hemos comentado la importancia y los beneficios de hacer ejercicio y actividades al aire libre con el perro. Una de ellas es el bikejoring. Pero, como siempre, el perro necesita ser entrenado para que no sufra ningún daño. Esta práctica, como todas, requiere de una serie de pasos para que el can esté en forma y sepa lo que tiene que hacer. Si te gusta disfrutar de los paseos en bici con tu perro o estás pensando en ello, esto es todo lo que debes hacer antes de comenzar.
El entrenamiento
Lo primero que hay que tener claro es que el bikejoring debe realizarse de forma gradual y guiada, siendo necesario ponerse en manos de profesionales, sobre todo, al principio y máxime si se va a tomar en serio esta práctica deportiva.
No hay que olvidar que si el bikejoring se practica como deporte, el perro tiene que ser tratado como un atleta, incluyendo cambios incluso en su dieta, que debe ser acorde al nivel de ejercicio que practique. No obstante, aunque solo se haga bikejoring en algunos momentos de ocio, es conveniente igualmente adaptar la dieta a la actividad del perro.
Pero no es lo único a lo que hay que prestar atención. También el estado músculo-esquelético del perro, así como sus almohadillas y sus uñas, deben ser objeto de cuidados. Por ejemplo, unas uñas muy largas alteran la pisada del can y puede generarle problemas a medio y largo plazo.
La potencia del perro es otra de las claves. Nunca se debe sobrevalorar y hay que encontrar un punto de equilibrio entre la demanda de esfuerzo y el disfrute y diversión del can para que no se genere frustración.
Además, hay que adaptar la velocidad de la carrera al estado físico del perro. Es fundamental que adquiera una buena base aeróbica, comenzando por paseos de no más de 20 minutos. Luego se puede ir ampliando tiempo y distancia. También hay que trabajar la fuerza para evitar las lesiones.
Pautas básicas
Y, por supuesto, siempre el bikejoring requiere de un calentamiento previo antes del comienzo de la sesión y de realizar su práctica en caminos adecuados. Y, durante su desarrollo, no hay que olvidarse de la anticipación a las órdenes que se dan al perro para que pueda reaccionar y no se caiga o lesione.
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