Es obvio que no podemos alimentar del mismo modo a un perro de tamaño pequeño que a uno de tamaño grande o que pertenezca a una de las razas denominadas gigantes. Sin embargo, esto no siempre lo tenemos tan claro cuando nuestro perro es aún un cachorro, porque por su pequeño tamaño tendemos a alimentarlos a todos igual.
Sin embargo, en las razas gradas y gigantes, el periodo de crecimiento es mayor, por ello es necesario seguir algunas pautas especiales a la hora de alimentarlos cuando son cachorros, de forma que la alimentación les proporcione todos los nutrientes necesarios para crecer de forma sana y fuerte:
No debemos caer en el error de alimentar al animal en exceso porque sea de una raza grande, ya que ello, a la larga, puede provocarle sobrepeso. Lo mejor es, hasta los 4 ó 6 meses dividir la ración diaria en tres tomas y, a partir de ese momento, reducirlas a dos.
Es importante también que la alimentación le proporcione las proteínas suficientes para el desarrollo de su sistema muscular. Por ello, más del 25% de su dieta debe estar constituida por proteínas de buena calidad.
Así mismo, es importante que no le falten minerales como el calcio, el potasio, magnesio, cobre y zinc, aunque evitando también el exceso de minerales, que a la larga podrían provocar enfermedades en el cachorro.
También deben incluirse en la dieta los denominados condroprotectores (glucosaminoglicanos), sustancias que contribuyen a la formación y regeneración de los cartílagos y pueden prevenir la aparición de problemas como la displasia de cadera en las razas que tengan tendencia a ella y otras alteraciones músculo-esqueléticas.
Finalmente, no pueden faltar en su dieta los ácidos grasos esenciales, especialmente el CLA, o Ácido Linoleico Conjugado, mezcla especial de ácidos grasos esenciales, necesarios para su correcto desarrollo.