Los problemas más comunes de las mascotas en una comunidad de vecinos

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Cuando se tiene una mascota y se vive en un piso en un edificio con vecinos, a veces, pueden surgir problemas de convivencia. Y es que no a todo el mundo le gustan los animales y, además, también está el problema de convivir con personas alérgicas, entre otras situaciones que pueden producirse. Habitualmente, cinco son los problemas que más fácilmente se reproducen una y otra vez en una comunidad de vecinos y que tienen su origen en los animales de compañía.

Excrementos

Una de las principales quejas que se producen en las comunidades de vecinos es el hecho de que haya animales como, por ejemplo, los perros que orinan o dejan sus heces en las escaleras o en el portal de la vivienda.

En estos casos, es importante extremar siempre la higiene y saber que es responsabilidad del propietario evitar que la mascota haga sus necesidades en zonas comunitarias.

Además, si por una casualidad o por accidente ocurriera esta situación, el dueño debería limpiarlas. Es importante saber que la comunidad puede indicarle que tiene que recogerlas. Si no atiende a los requerimientos y este comportamiento es sucesivo, el dueño de la mascota puede acabar en los tribunales.

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Correas y bozales

En las zonas comunes de un edificio, no se pueden llevar las mascotas sueltas. De esta manera, por ejemplo en el caso de los perros cuando se sacan de paseo, es importante llevarlos con la correa.

Más dudas general ponerles o no el bozal. La normativa aquí no es exactamente muy clara. Muchas personas se escudan en que siempre deben llevarlo, mientras que en otras se opinan que solo se debe poner en los perros que son peligrosos.

Ante esta situación, la mejor recomendación para evitar problemas es que la propia comunidad de vecinos lo vote en su junta.

Sonidos

Cuando se tienen animales otro de los frentes abiertos con los vecinos son los sonidos que emiten como ladrillos, maullidos o que esté el canario cantando o la cotorra hablando…

En estos casos, hay que tratar de que el animal no moleste a los vecinos. Además, se debe tener en cuenta que cuando el sonido está por encima de unos determinados decibelios es una infracción administrativa.

Es más, incluso se puede llegar a considerar como una actividad nociva para la salud, peligrosa o ilícita cuando se supera el grado de lo soportable y existen serios problemas de convivencia.

Uso del ascensor

Seguramente, si tienes una mascota, te habrás encontrado con el problema de tener que subir en el ascensor con un vecino. En estos casos, siempre es conveniente para evitar problemas que se imponga el respeto.

Es decir, hay vecinos que no querrán subir con la mascota. Por lo tanto, lo lógico sería que ellos tengan preferencia para utilizar el ascensor y que el animal con su dueño lo cojan después.

Esta máxima se debe seguir, sobre todo, cuando el vecino es alérgico y además avisa de que no puede subir con mascotas.

Número de animales

Hay personas que son muy amantes de los animales y tienen más de una o dos mascotas en casa. El número es importante y puede generar importantes molestias para los vecinos, no solo por el tema de los excrementos o los ruidos, sino también porque se pueden dar condiciones de insalubridad.

Y es que la mascota tiene que vivir en un entorno que reúna unas condiciones mínimas sanitarias. Si se tiene en un piso muy pequeño y se vive con 20 gatos, se estaría incumpliendo las condiciones higiénico sanitarias mínimas para que los animales tengan bienestar.

Además, muchas comunidades autónomas tienen normativas en esta materia por lo que es importante consultarla para respetar el límite de mascotas establecido por vivienda.

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