Los parásitos más habituales en perros y gatos

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Como seguramente ya sabrás si tienes un perro o un gato, los parásitos constituyen una de las principales preocupaciones en lo que a la salud de nuestra mascota se refiere, ya que su presencia es más o menos habitual y hay que tomar medidas de prevención para que no acaben infestadas.

En este artículo vamos a hablarte de los parásitos más habituales, recomendándote visitar una tienda animales online para comprar los productos más efectivos para prevenirlos y para acabar con ellos cuando ya están en el cuerpo del animal.

Parásitos internos

Existen varios tipos de parásitos internos. Empezando por los parásitos intestinales, encontraríamos los siguientes tipos: Ancylostoma caninum, Dipylidium caninum, Toxocara canis, Trichuris vulpi, Giardia spp y Coccidios.

Después están los parásitos multisistémicos, donde destaca la Leishmania, y los parásitos cardiopulmonares, siendo el Dirofilaria immitis el más común de todos.

Parásitos externos

En cuanto a los parásitos externos, nos topamos con algunos muy conocidos como las garrapatas o las pulgas, además de otros que hay que mantener a raya como los Ácaros de la sarna sarcóptica, los Ácaros de la sarna demodécica o los Ácaros Otodectes cynotis. Sea cual sea el tipo de ácaro que afecte al perro o al gato, se recomienda solicitar un diagnóstico veterinario para encontrar la mejor solución.

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Prevención de los parásitos

Como suele ser habitual, el mejor remedio de todos es la prevención. El plan a seguir no es el mismo en función del tipo de parásitos que vamos a mantener alejados de nuestra mascota, por lo que hay que separar la prevención de los parásitos internos de la prevención de los parásitos externos.

Para los parásitos internos, lo mejor es recurrir a jarabes y pastillas desparasitantes. Lo ideal es una toma cada tres meses, siempre preparando la cantidad que nos haya recomendado el veterinario. Evidentemente, hay otra serie de acciones que debemos llevar a cabo para maximizar la prevención, como por ejemplo recoger las heces o mantener una buena higiene de los areneros y los recipientes que utilizan para comer y beber.

Para los parásitos externos, las pipetas y los collares antiparasitarios suelen ser nuestros grandes aliados. Aunque no son un remedio 100% efectivo para alejar al mosquito de la leishmania, sí que reducen considerablemente las posibilidades de que se produzca un contagio. Tal y como sucede con los parásitos internos, la higiene es nuevamente muy importante. Para reforzarla, puedes bañar a tu mascota empleando champús antiparasitarios y limpiar muy bien los recipientes que utiliza para comer y beber. Además, debes evitar dar paseos por lugares en los que hay agua estancada, ya que son lugares donde hay más posibilidades de que se produzca un contagio.

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Los síntomas más habituales

Una vez más existe una distinción entre parásitos internos y externos, ya que los síntomas que manifiestan los perros y los gatos varían en función de ello.

Si el parásito es interno, hay que fijarse muy bien en el comportamiento del perro y detectar los síntomas que suelen ser más habituales, como es el caso de la tos, diarrea, vómitos, cansancio, debilidad, sangre en las heces, problemas respiratorios, fatiga o hinchazón abdominal.

Si los parásitos son externos, lo más probable es que los detectemos más rápidamente porque el perro o el gato reacciona a las picaduras rascándose con frecuencia y con más fuerza de lo normal. Si se hace una herida en alguna zona de la piel, hay que fijarse en si tiene alguna picadura o mordisco.

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