El verano se termina y llega el otoño, con lo que pronto comenzarán a bajar las temperaturas. Nosotros nos tendremos que adaptar a ellas y nuestras mascotas también. Es una creencia muy extendida la idea de que nuestra mascota se protege del frío con su pelaje, pero no siempre es así, ya que todas no están preparadas para las bajas temperaturas, sobre todo si son animales provenientes de climas cálidos.
Debemos extremar las precauciones tanto con los cachorros como con los animales ancianos o enfermos, ya que su capacidad de regular su temperatura corporal es menor y una larga exposición al frío puede constituir un riesgo para ellos.
Si tenemos un perro, dependiendo de la raza tendremos que darle una protección u otra. Los perros de pelo corto, tanto pequeños como grandes necesitarán abrigos para los paseos si el frío es extremo, ya que su escaso pelaje no les protege de las bajas temperaturas. En cuanto a las razas de pelo largo, como el pastor alemán o perros nórdicos, su pelaje les protege, pero deberemos cepillarlos más a menudo.
Si tenemos un gato, deberemos protegerle del frío dentro de casa. El gato es un animal que no tolera bien el frío, por lo que buscará un rincón cálido preferiblemente cerca de la calefacción o de nosotros. Es importante que para dormir disponga de una cama calentita, que le aísle del frío del suelo, para que pase las noche confortablemente.
En el caso de las aves exóticas, aunque suelen adaptarse bien al frío, deberemos comprobar que han completado la muda y que tienen el plumaje preparado para pasar el invierno. Deberemos proporcionarles un nido donde puedan descansar y colocar la jaula en un lugar apartado de las corrientes y de las zonas más frías de la casa.