Las infecciones de orejas en los perros son habituales. Además, son más frecuentes en aquellos canes, cuyas orejas son largas. Esta longitud es, precisamente, la que dificulta una mayor ventilación en esta zona, lo que puede contribuir a aumentar tanto la periodicidad de la aparición de este tipo de infecciones como su intensidad. Es el caso de razas como el cocker spaniel, beagle o el basset hound, entre otros. Para evitarlo, aquí vamos a dar una serie de consejos.
Olor e infecciones
Las razas de perro con las orejas largas y más grandes requieren de más cuidados y atenciones. Una de las primeras consecuencias de este rasgo físico es que puede desprender mal olor si no se cuidan adecuadamente.
Y es que en este tipo de orejas se tiende a acumular más cera, humedad y suciedad, lo que contribuye a que se genere mal olor y aparezcan hongos. También es habitual la presencia de hongos o de pus.
Esto produce porque estas orejas, al ser más grandes y largas, dificultan la correcta ventilación de esta zona. Así, tras el baño es clave secarlas bien para evitar la humedad o que proliferen bacterias o microorganismos. Es un cuidado que, igualmente, se puede tener cuando se ha mojado en un día de lluvia. Con este sencillo gesto se evitan, por ejemplo, infecciones auditivas y otitis que, además, suelen ser bastante molestas para el perro.
Vigilancia
Otro gesto sencillo con el que se evitan muchos problemas es vigilar las orejas con frecuencia para examinarlas. Así, se detecta rápidamente la aparición de posibles inflamaciones o engrosamiento del conducto.
Pelo
Otro de los cuidados fundamentales está relacionado con el pelo. Es clave evitar que se acumule pelo en esta zona, que pueda entrar en los oídos, generando más suciedad y, en consecuencia, la proliferación de bacterias o microorganismos que deriven en infecciones.
Artículos relacionados: