La vejez de los gatos


Un gato entra en la vejez a los 8 años, pero esto no es algo matemático. Según hayan sido sus condiciones de vida, el proceso degenerativo propio de la vejez puede retrasarse y hay gatos que no presentan síntomas de envejecimiento hasta los 10 años. Los hay muy longevos que consiguen superar hasta los 20 años, como el gato de la foto.

La vejez disminuye la vitalidad y aumenta la posibilidad de enfermar, siendo las dolencias más comunes la diabetes, los problemas dentales, anemia, obesidad, hipertensión, hipertiroidismo y enfermedades intestinales. Los síntomas de estas enfermedades a veces no son evidentes. Tu gato puede parecer sano y sin embargo estar enfermando. Cuando llegan a la vejez hay que hacerles chequeos completos una vez al año, en esos exámenes los veterinarios deben revisar los dientes, oídos, uñas y piel del gato.

Además, los gatos mayores deben vacunarse contra la leucemia felina, la rabia, la clamidiasis y la bordetelosis.

Cuidar la alimentación del gato es fundamental tanto para prevenir enfermedades como darle una mayor calidad de vida en su vejez. Conviene proporcionarle muchas raciones pequeñas de comida a lo largo del día. Los preparados secos (el pienso) son los mejores tanto para el estómago como para mantener limpios los dientes del gato. Aunque sea más caro, opta por el pienso de gama alta, más beneficioso para el estómago felino y muy especializado, lo hay para cachorros, para gatos viejos, para estómagos sensibles, etc. Si nuestro gato ya tiene la dentadura en mal estado, sólo le podremos dar alimentos blandos y cortados en trozos muy pequeños.

Los gatos mayores a veces pierden el control de la temperatura corporal, para que esto no desemboque en una deshidratación, debemos darle agua muy fría.

Mascotas mayores


Nuestras mascotas también se hacen mayores y poco a poco comienzan los “achaques de la edad”. Con la edad, al igual que los humanos, los animales comienzan con pequeños problemas de salud que deben ser observados para que no se conviertan en un problema mucho más grave. Debes estar atento a los síntomas de tu amigo:

– Aumento de la sed o la micción
Deberás comprobar si esto sucede cuando termina de hacer pequeños esfuerzos. Ten cuidado, ya que la diabetes es una enfermedad que puede causar el aumento de estos síntomas.

– Pérdida súbita de peso o apetito
Una señal de advertencia similar es el aumento del apetito sin el correspondiente aumento de peso.

– Vómitos persistentes o diarrea
Si estos síntomas no se resuelven en uno o dos días, será motivo de preocupación.

– Revisa el cuerpo en busca de protuberancias
Verifica su cuerpo para detectar bultos o protuberancias que pueden aparecer de repente o que hayan cambiado de tamaño, forma, textura o color. Anota la ubicación y el tamaño de los bultos y contacta con tu veterinario.

– Cambios en el pelaje
Por ejemplo, la sequedad o la pérdida del pelo.

– Disminución de la movilidad
Poco a poco notarás como tu amigo tiene problemas para levantarse o subir escaleras. Comprueba que sea por la edad y no por algún tipo de enfermedad. Tu mascota no debe dejar de hacer ejercicio, aunque ya sea mayor. Lo único que debes hacer es ajustar su rutina de ejercicios a su movilidad.