La comida del gato diabético


La regla básica de la dieta del gato diabético es que sea baja en hidratos de carbono y alta en proteínas. Esto complementa la función natural del sistema digestivo de los gatos ya que le permite la absorción de grasas y proteínas a diferencia de los carbohidratos presentes en los cereales. Los gatos pueden obtener la glucosa de las proteínas y las grasas en sí. Una concentración elevada de carbohidratos en la dieta pueden ser perjudiciales para la salud del gato.

Es importante tener en cuenta que la mayoría de la comida seca para gatos es muy alta en hidratos de carbono, y debe limitarse a los gatos diabéticos. Del mismo modo el arroz y algunas proteínas vegetales no son fáciles de digerir por los gatos y por lo tanto, deben evitarse. Puedes dar de comer a tu gato alimentos que tengan altos niveles de ingredientes cárnicos, como el pollo, pavo y la carne de res.
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Diabetes en gatos


Hay muchas enfermedades que compartimos, a veces sin saberlo con nuestras mascotas. Una de ellas es la diabetes de los gatos, que tiene su origen principalmente en la obesidad y en el hecho de llevar una alimentación desequilibrada, como nos ocurre a los seres humanos.

La diabetes suele presentarse en los gastos a partir de los diez años, y se da con mayor prevalencia en la raza birmana. Para hablar de diabetes es necesario que exista hiperglucemia (exceso de azúcar en sangre) de forma persistente.

La persistencia de la enfermedad es importante, ya que aproximadamente un 20% de gatos, desarrolla lo que se conoce como diabetes transitoria, en la cual, entre cuatro y seis semanas después de haber diagnosticado la diabetes a nuestro gato y haber iniciado el tratamiento la híper glucemia desaparece, así como los demás síntomas de diabetes y se puede suspender el tratamiento, porque la enfermedad se resuelve por sí misma.
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Diabetes en los perros


La mayoría de los dueños de perros no son conscientes del hecho de que un perro, sea cual sea la edad que tenga, puede tener diabetes. Esta enfermedad es bastante común y suele darse en aquellos perros en los que el páncreas no crece o no se desarrolla de manera natural cuando es cachorro. Es necesario llevar la suficiente glucosa en la sangre hacia las células del cuerpo y en este proceso, la insulina es muy importante. No te preocupes, ya que hay tratamientos que pueden ayudar a tu mascota a convivir con esta enfermedad. Muchos de los cachorros que sufren este problema suelen crecer un poco menos del tamaño habitual de su raza. También son propensos a perder peso.

Al notar que está enfermo, no pienses que el cachorro no tiene hambre. El pequeño tiene hambre todo el tiempo y necesita comer. Su cuerpo no utiliza de forma correcta la glucosa por lo que empieza a “desgastar” músculo para generar la energía que necesita. Si esto continúa sin que te des cuenta, el cachorro puede debilitarse rápidamente e incluso podría sufrir algún desmayo.

Si tu perro muestra signos de diabetes juvenil no pierdas el tiempo y llévale al veterinario. Su veterinario le hará una prueba para ver sus niveles de azúcar en sangre y le recetará la medicación necesaria para que mejore. Algunos de los síntomas de que el perro tiene algún problema son:

– Necesidad de orinar con frecuencia
– Alto nivel de sed
– Problemas en los ojos
– Pérdida de la masa muscular del cuerpo
Debilidad
Vómitos
– Dificultad para respirar