Cuando se tiene un perro, sobre todo si es la primera mascota, siempre surgen las dudas de si se es un buen dueño para el can y si se está o no haciendo bien. Es una pregunta que tiene una fácil respuesta. Un total de cinco claves son las que indican si realmente se está cuidando bien o no al can. Además, en caso contrario, señalan en qué hay que mejorar o cambiar para conseguir ser un “dueño 10”.
Cuidados
Las primeras claves están relacionadas con sus cuidados más básicos. Y uno de ellos es su alimentación. Un buen dueño vela por que la dieta del can sea equilibrada y acorde a su raza, tamaño, edad… y evita darle comida que sea perjudicial para él o bien restos de alimentos que forman parte de la dieta humana.
Además, el buen dueño también está atento para que no le falte agua fresca y limpia a la mascota durante todo el día. Siempre es necesario cambiar el agua diariamente –por lo menos una vez al día-, y colocar el recipiente en un lugar en el que pueda acceder de forma fácil.
La tercera pauta del buen dueño es la limpieza. Y esto pasa por tener siempre limpios todos los artículos relacionados con el perro –como los recipientes de agua y comida-, así como a la propia mascota, bañándola en función de sus características y necesidades.
A modo orientativo, siempre se dice que los canes con pelo largo se deben bañar una vez cada cuatro semanas mientras que en, los perros de medio pelo, la periodicidad es de una vez entre cuatro y seis semanas. Por su parte, los de pelo corto se bañan una vez entre cada seis u ocho semanas. Por supuesto, en todos los casos con productos específicos.
Actividad
Otra de las claves que indican si se es o no un buen dueño es si se dedica tiempo a que el perro haga ejercicio físico durante el tiempo necesario y a sacarlo de casa para que realice esta actividad y sus necesidades fisiológicas. El tiempo de paseo y de ejercicio dependerá de cada mascota.
E igual de importante que la actividad, es el descanso. Un buen dueño siempre destina un lugar del hogar para que el perro pueda dormir en un sitio que le resulte cómodo y con la cama perruna apropiada.
Salud
Y, finalmente, el buen dueño vela por su salud. De esta manera, se ocupa de llevarlo al veterinario con la periodicidad necesaria. Un cuidado que no solo se hace desde el punto de vista clínico. El dueño perfecto también mima al can.
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