El terrario del gecko diurno

Los geckos diurnos o Phelsuma son sin duda una de las mascotas más populares entre quienes disfrutan de la compañía de los reptiles, sobre todo debido a la belleza de sus colores. Sin embargo, no es un animal fácil de mantener, ya que tanto su hábitat como su alimentación deben ser elegidos cuidadosamente para que el animal permanezca sano y se desarrolle con normalidad.

Lo mejor para estos animales es un terrario vertical, en el que intentaremos reproducir con la mayor exactitud posible su hábitat natural. Es importante que la tapa del terrario sea antiescapes, ya que estos animales poseen unas almohadillas adhesivas en los dedos que les permiten desplazarse con facilidad por las paredes del terrario aunque sean de cristal.

Dentro del terrario debemos mantener una temperatura por el día en torno a los 31 grados centígrados, con una zona en la que pueda tomar el sol.

Por la noche, la temperatura debe descender hasta los 21 grados aproximadamente. Para conseguir esta temperatura deberemos utilizar lámparas de cerámica o spots, los cuales usaremos sólo de día, bien protegidos y controlados por un termostato, teniendo en cuenta que el calor debe provenir siempre de la parte alta del terrario.

La humedad debe ser muy alta, en torno al 80%. Ese grado de humedad lo lograremos rociando con agua las plantas y una delas paredes del terrario, además del recipiente con agua que se encuentra en la base del mismo.

El gecko necesita lugares donde esconderse y así reducir el estrés, lo cual lograremos proporcionándole tubos de bambú huecos lo suficientemente anchos para que se esconda en ellos. Colocaremos un sustrato de Como sustrato, lo mejor es utilizar musgo o turba de hidrocultivo donde podemos cultivar las plantas del terrario, como orquídeas, potos o bromelias para completar el terrario.

No olvides que es muy importante que el terrario esté bien ventilado, para evitar así la aparición de hongos.