Un día decides traer una nueva mascota a casa. Has valorado que tienes tiempo y que vas a poder educar, querer y encargarte de un nuevo amigo. Por fin llegas a casa con el nuevo inquilino. La nueva mascota pertenece a la misma familia de tu primera mascota, es decir, es otro perro, otro gato, otra cobaya, etc. Pero ¿qué es lo que sucede? Desde hace unos días tu primer animal no quiere nada contigo y notas que se ha vuelto un poco agresivo.
Seguro que ya sabes cuál es la respuesta a esa pregunta: celos. Sí, sí, aunque no lo creas tu mascota tiene celos del nuevo animal. Normalmente los celos suelen aparecer cuando la mascota original está en contacto con la nueva. Si tus nuevos amigos son unos peces y tu anterior mascota es un perro, los celos no suelen aparecer. ¿Qué puedes hacer? Lo mejor, es involucrarte en el periodo de adaptación. Puedes seguir alguno de estos consejos:
– Continúa dedicando tu atención a tu «primer» amigo. Es muy fácil quedar atrapado en los mimos para el recién llegado, sobre todo si es un cachorrito. Lo mejor es que compartas tu tiempo con los dos y asegúrate de hacerles ver que los dos forman parte de una misma familia.
– Tomate las cosas con calma. No fuerces la situación para tu tener que dedicar menos tiempo a este periodo de adaptación. La adaptación debe producirse a su propio ritmo.
– No intentes hacer que compartan las cosas, cada animal debe tener sus propias pertenencias, para así delimitar su propio territorio. Cuando pase este periodo, los dos dejaran pasar a sus terrenos, no te preocupes. Recuerda: nada de compartir los cacharros de la comida, ni del agua.