Aproximadamente tres semanas después del apareamiento el color de los pezones de tu gatita pasará a ser un poco más rosado, esto puede ser una clara señal de que está embarazada. Desde ese momento, debes empezar a preocuparte mucho más por ella y, cambiarle, si es necesario incluso la dieta para que los futuros gatitos puedan desarrollarse bien.
Algunos criadores deciden dar suplementos de calcio a las gatitas embarazadas pero antes de nada, lo mejor es que consultes con tu veterinario a ver que te recomienda. Lo que sí tendrás que hacer será aumentar un poco la cantidad de alimento que normalmente come tu mascota. Este aumento deberá llevarse a cabo durante el embarazo y durante las cinco primeras semanas de después del parto.
El embarazo de las gatitas dura unos sesenta y cinco días. Tienes que ir pensando en el día del alumbramiento para poder proporcionar a los futuros nuevos huéspedes un buen cálido para sus primeros momentos de vida. Una buena solución es, colocar una caja llena de papeles de periódico en una tranquila habitación. Esta caja llena de papeles les dará calorcito y te permitirá limpiarla fácilmente.
La mamá debe sentirse segura y debe “amoldar” su nueva residencia (la habitación tranquila que hayas destinado para los gatitos) a su gusto. Si la gata decide dar a luz en otro sitio, no te preocupes ni te enfades, ella sabe cuál es el mejor sitio para el alumbramiento. Amóldate tú al sitio que finalmente elija ella. Los partos suelen ser sencillos y probablemente estés tú más preocupado que la gatita. Recuerda que la mayoría de los partos se suelen producir de noche.