Los gatos suelen tener una tendencia innata a escaparse, lo que suele estar motivado por su instinto y curiosidad, que les lleva a tener querer descubrir más allá del entorno que tienen habitualmente como puede ser la casa o la ventana a través de la que se asoman al mundo exterior. No obstante, hay más motivos que explican esta conducta del gato. ¿Por qué lo hace? Aquí contamos los principales. Saber el por qué es clave para poner medidas concretas.
Los motivos
Uno de los primeros motivos por los que el gato puede querer escaparse es por motivación sexual. Esto es más habitual en los mininos machos cuando llegan a la etapa de la pubertad, lo que suele suceder en torno a los nueve meses de edad. Es el momento en el que empiezan a percibir alguna hembra en celo por la zona, lo que hace que quieran escapar para encontrarlas.
Los gatos también pueden querer escapar de casa porque se aburren y tienen desmotivación o hay una falta de estimulación. En estos casos, es habitual que el gato quiera explorar otros horizontes porque no tiene suficientes juguetes disponibles para jugar o entretenimiento suficiente. También puede deberse a la existencia de pocos enriquecimientos ambientales como cajas para esconderse, superficies elevadas o juguetes dispensadores de comida.
Y aún hay más motivos por los que el gato se quiera escapar. Uno de los principales es porque puede notar que hay algún estímulo amenazante o algo que le cause mucho miedo. En este grupo de situaciones se encuentran, por ejemplo, un ruido fuerte, una persona o animal que les asuste.
En estos casos, la escapada del gato suele ser puntual, retornando a su zona o casa cuando esa amenaza ha desaparecido. Sin embargo, hay que estar atentos para detectar si es un problema constante con el fin de evitar que el gato sienta que está en un territorio que no es seguro.
Otros motivos pueden estar relacionados con su propia personalidad y la educación que han recibido o bien por la presencia de colonias de gatos, lo que ayuda a que los mininos se dispersen.
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