Casi todos los niños y niñas del mundo quieren tener un perro como mascota. Sin embargo, en muchos casos, cuando los peques consiguen que su sueño se haga realidad, el interés por el can va desapareciendo e, incluso, ven al animal como una carga en lugar de como un amigo o un compañero de juegos, como debería ser.
Hoy en Animal Mascota queremos ayudarte a conseguir que los niños sigan ocupándose del perro de la familia, incluso cuando se les ha pasado la ilusión de los primeros días. ¿Te gustaría acompañarnos?
El perro no es un juguete
El primer paso para lograr que los niños adquieran las responsabilidades que atañe tener una mascota es recordarle que un perro no es un juguete, sino un miembro más de la familia que necesita unos cuidados específicos, además de cariño y atención. Por supuesto, deberás dejarle claro que estos cuidados también son su responsabilidad. Solo cuando el pequeño tenga esto claro, podrás ir con él a comprar o adoptar un perro.
No demasiado estrictos
Cuando el animal ya esté en casa, lo ideal es que establezcas un horario para cada uno de los cuidados: darle la comida, cambiarle el agua, salir a la calle, jugar con él… Eso sí, los padres tampoco deben ponerse demasiado estrictos con los cuidados del perro, ya que el niño podría terminar viendo al animal como una carga extrema. Lo mejor es que entienda que, gracias a sus cuidados, el perro puede estar sano y ser feliz, mientras que si intenta evitar sus responsabilidades, el animal estará infeliz.
Mayor conexión entre ambos
Por otra parte, es importante que tengas en cuenta que, cuanto más tiempo pasen juntos niño y mascota, más fuerte será la conexión entre ellos. Así, el pequeño no verá al animal como una carga.