A los críticos gastronómicos, les ha salido un duro rival y competidor. Se trata de Popeye que es un perro con la particularidad de ser todo un crítico culinario. En las redes sociales como Instagram se ha convertido en todo un referente o más bien podría decirse que es una estrella porque cuenta con más de 386.000 seguidores que están muy atentos a lo que opina de la comida.
El perro
Popeye es un perrito que es una mezcla de las razas Bichón maltés y Yorkshire terrier. El can vive en la ciudad de Los Ángeles, en Estados Unidos, y va recorriendo los diferentes restaurantes que hay en esta capital con la familia en la que vive.
Los Ángeles tiene la particularidad de que es una ciudad en la que hay muchos restaurantes que están reconocidos como dog friendly, sobre todo, por el buen tiempo que suele hacer en la ciudad, lo que lleva a que muchos de estos establecimientos tengan patios o habiliten zonas específicas para ir con la mascota y disfrutar con ellas todo el año.
Y así lo hace Ivy, que es la dueña de Popeye y la encargada de hacerle todas estas fotografías con la comida que se pide en cada sitio. Evidentemente, el perro no la come, pero a la gente le encantan estas fotos que se suben a Instagram en su cuenta oficial @popeyethefoodie y en la que el perrito pone diferentes expresiones, haciendo ver que hay comidas y platos que le gustan más que otros.
Además, es habitual que su dueña lo disfrace en las fotos. El resultado es realmente estupendo y entrañable y ha logrado conquistar a miles de personas, haciendo de Popeye todo un influencer gastronómico.
Final feliz
La historia de Popeye culmina así con un final feliz, porque su vida no siempre fue así. Y es que era un perro abandonado que Ivy se encontró en la calle y que estaba flamélico. De hecho, pesaba solo tres kilos y parecía que nunca había comido.
Gracias a Ivy, la situación cambió y hoy Popeye, aunque no es un perro muy comilón, luce un aspecto saludable y se ha convertido en una mascota con una carita muy dulce y encantadora.
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