Mantener una tortuga de tierra no es algo tan sencillo como en el caso de las tortugas de agua. Las tortugas terrestres tienen más necesidades y, por tanto, exigen más responsabilidad por parte de sus dueños.
Se las puede acomodar bien en el interior de una casa, siempre que podamos destinarles un habitáculo adecuado. En las tiendas de animales venden unos parques especiales destinados a las tortugas de tierra. Antes de comprar uno hay que fijarse en que sea amplio y que debe tener los siguientes elementos:
-un bebedero
-una bañera poco profunda para que la tortuga se refresque
-una amplia zona de paseo seca y soleada
-un cobijo donde se sientan seguras.
Si no encontramos un producto que se ajuste a lo que buscamos en la tienda de animales, podemos fabricar con una caja de cartón agujereada con algo de heno en su interior el cobijo para la tortuga y comprar un bebedero y también un recipiente que sirva como bañera. Todo esto colocado en una zona tranquila y apartada de la casa, que forme en rincón de la tortuga.
Además, es muy recomendable para el bienestar de las tortugas de tierra dejarlas libres deambulando por la casa o por el jardín. Deben hacer ejercicio, tomar el sol y también distraerse un poco.
La mayoría de las tortugas terrestres son casi exclusivamente herbívoras: se alimentan de frutas y vegetales. Existen buenos preparados comerciales de alimento para tortugas terrestres pero, al igual que sucede con las acuáticas, es mejor complementar su dieta con comida fresca. Les gusta la lechuga, la zanahoria, el pepino, el tomate… Prueba a dar trocitos de fruta o verdura a tu tortuga y ya verás cuál es la que más le gusta. De la misma forma, si tienen acceso a algún jardín, también seleccionarán las plantas o arbustos que más les apetezcan.