El primer año de vida de tu cachorro es fundamental ya que marcará tanto su carácter como su futura salud.
Como sucede con los cachorros de cualquier raza (humanos incluidos), los perritos necesitan un aporte calórico mayor durante su infancia, es decir, durante su primer año.
Cuando el cachorro alcanza las seis semanas debemos empezar a darle de comer tres veces al día. Es importante acostumbrarle a ciertos hábitos: el recipiente de agua y el de comida deben estar siempre en el mismo sitio y debemos procurar darle de comer a las mismas horas. Retiraremos el recipiente de la comida tras 20 minutos (lo más probable es que el cachorro se lo haya comido todo enseguida).
A partir de los seis meses le daremos de comer dos veces al día.
Debemos proporcionar al perrito comida preparada seca y pensada para las necesidades especiales de los cachorros. Lee atentamente la etiqueta del envase para asegurarte de que es la más adecuada para la edad y raza de tu perro. Recuerda que los snacks que se suelen usar como premio o para el adiestramiento son alimentos hipercalóricos y que no debes excederte con ellos.
Para evitar la obesidad (a la que tienden muchas razas de perros) debemos fijarnos en que el estómago del cachorro no sobresalga y que podamos palparle las costillas.
Si tu cachorro se resiste a la comida seca, prefiere la enlatada (con más calorías y por tanto menos recomendable) puedes usar algunos trucos para irle acostumbrando al pienso:
– Mezclar la comida enlatada con la comida seca, aumentando la cantidad de pienso y disminuyendo la cantidad de comida enlatada hasta que sólo le des comida seca.
– Humedecer el pienso con un poco de agua. Esto facilita su ingestión que puede resultar algo difícil en razas pequeñas o en cachorros no destetados.