Los gatos son animales que tienen un espíritu muy aventurero, además de ser bastante curiosos, pero realizando un gran control de todo lo que les rodea. Esto muchas veces hace que sean los protagonistas de grandes saltos o de movimientos, que les generan algunos traumatismos e, incluso fracturas, por caer por ejemplo desde ventanas o muros. Son caídas que se producen, precisamente, por ese síndrome del gato volador. Porque, aunque siempre se dice que el gato tiene siete vidas, también pueden lesionarse y tener roturas fatales.
Qué es el síndrome
Bajo el síndrome del gato volador nos encontraríamos todas las fracturas y lesiones que se producen en el gato por ese espíritu aventurero unido a la curiosidad y que les lleva a saltar desde una ventana para, por ejemplo, perseguir a otro animal o bien dar caza a lo que les ha llamado la atención o, simplemente, saltar hacia un árbol.
Normalmente, este síntoma del gato volador no tiene un claro origen, aunque sí se ha demostrado que es más habitual entre los gatos urbanos porque, evidentemente, no todos los mininos se acostumbran a vivir en pisos en plantas altas de los edificios.
A esto se une, además, el hecho de que los gatos tienen una noción espacial que es bastante limitada, en contra de lo que se cree. En realidad, tienen dificultad para poder calcular la distancia real existente en relación a su punto de vista.
El síndrome del gato volador afecta más a los gatos más jóvenes porque, a pesar del instinto, todavía no conocen bien los riesgos de la zona en la que viven y pueden cometer más errores al calcular la distancia. Además, está el instinto sexual que les hace ser más curiosos y dejarse llevar.
Qué hacer
Para evitar el síndrome del gato volador, lo primero que se tiene que hacer es tener cuidado en no dejar ventanas o balcones abiertos, sobre todo, cuando se vive en pisos muy altos para que el minino no se caiga ni pueda saltar.
Aparte de ello, es importante motivar al gato para que realice otras actividades como más ejercicio físico en casa y jugar más o cualquier otro acto que le permita canalizar su energía y poner en práctica su instinto cazador, pero en un entorno seguro.
Artículos relacionados: