El síndrome de Horner en perros


El síndrome de Horner se manifiesta con una serie de anomalías que afectan a determinados músculos de la cara, y cuando estos músculos están dañados no son capaces de contraerse de la forma en que deben hacerse. Una de las señales que más te harán ver que tu perro tiene este síndrome es que uno o los dos párpados tengan una caída que no es la habitual.

Hay algunas razas que son más propensas que otras a padecer este síndrome, como por ejemplo el Golden retriever. Suele aparecer por una lesión o funcionamiento anómalo del sistema nervioso del perro, y afecta a las fibras que se encargan de transmitir los impulsos nerviosos a los músculos de la cara. Eso hace que las pupilas se contraigan demasiado y no sean capaces de responder a los estímulos que manda el resto del cuerpo.

Los motivos


Hay varias causas que pueden motivar que aparezca el síndrome de Horner, entre ellas una infección grave de oído ya que puede atacar a las fibras que se encargan de transmitir los impulsos nerviosos a los músculos de la cara. También puede aparecer si el perro tiene un accidente que afecte a las zonas del cuello o de la cabeza, e incluso si hay lesiones en el pecho. Ten cuidado si se enfrenta a otro perro ya que una mordedura puede causar lesiones nerviosas.

Cómo evitarlo

Aunque en algunas ocasiones no es posible evitar que aparezca esta enfermedad, sí que se puede prevenir con varias rutinas. La higiene en los oídos debe ser muy estricta, aprovechando ese momento para revisar si tiene alguna dolencia o infección y vigilando que la entrada del oído sea de color rosa pálido. También es importante evitar peleas con otros perros, cambiando de parque o sitio de paseo si fuera necesario. Ante cualquier síntoma que te haga pensar que tu perro puede tener este síndrome, no dudes en llevarlo al veterinario.

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