¿Sabías que la leishmaniosis cada vez es más frecuente en gatos? El causante de esta peligrosa enfermedad es el insecto flebótomo que vive en el área del Mediterráneo, entre otras zonas. De hecho, en España es bastante común en la zona sur y en el centro.
Los gatos que tienen más riesgo de contraer la leishmaniosis son los inmunodeprimidos o los que tienen las defensas bajas, ya que el sistema inmunitario de los felinos es capaz de controlar la infección. Aún así, es importante que conozcas cuáles son sus síntomas. Te contamos los más comunes a continuación.
Síntomas cutáneos
Tal y como explican desde la multinacional de alimentos para perros y gatos Affinity Petcare, uno de los síntomas más frecuentes de la leishmaniosis en gatos es la aparición de lesiones cutáneas o mucocutáneas. De hecho, es muy común que el animal presente dermatitis nodular, es decir, nódulos dérmicos subcutáneos indoloros, sobre todo en la cabeza y en las patas anteriores y posteriores.
También es bastante habitual la dermatitis erosiva-ulcerativa, que se caracteriza por lesiones ulcerativas-costrosas que se localizan en la cabeza, la cara, el cuello o las almohadillas plantares. Además, pueden aparecer con distribución simétrica bilateral en carpos, codos, tarsos o tuberosidad isquiática.
Síntomas oculares
Los ojos de tu gato también te pueden indicar si tiene o no esta enfermedad. De hecho, los felinos que sufren leishmaniosis suelen padecer blefaritis granulomatosa, conjuntivitis, queratitis y uveítis monolateral, que puede evolucionar a panoftalmitis. Como son dolencias difíciles de identificar, lo mejor es que si notas que tu mascota tiene los ojos diferentes, acudas al veterinario.
Otros síntomas
Es importante que tengas en cuenta que en algunos casos esta enfermedad también puede implicar lesiones en el bazo, el hígado, los riñones y los linfonodos. Además, también se puede observar linfadenopatía regional o generalizada, astenia y anorexia.