La mayoría de los gatos son excelentes nadadores, pero incluso el más fuerte nadador puede ahogarse si se agota o hace mucho frío en el agua. Cuando se tiene piscina en una casa, el temor de que el gato caiga en su interior puede ser un problema para muchos dueños. Si el gato cayera por accidente, es importante saber como se le debe sacar del agua.
Lo primero que se debe hacer es intentar llegar al animal sin tirarse al interior ya que esto te facilitará libertad de movimientos. Si hay que tirarse dentro, no descartes tirarte con un flotador. Coge a tu gato por la cola o la parte posterior del cuello, o déjale que se agarre al flotador con sus patas delanteras. Espera a que el gato esté agarrado y comienza a nadar hasta la orilla. Una vez que estás en tierra de forma segura, mantén a tu gato boca abajo por las patas traseras y muévele fuerte para drenar el exceso de agua de los pulmones.
Esta situación puede ser potencialmente mortal para el gato ya que evita que el oxígeno llegue a los pulmones. Elimina las malas hierbas u otros obstáculos de la boca. Si ves que el animal no responde, túmbale de lado para realizarle un masaje cardiaco. Es imprescindible comprobar el pulso. En el caso de ahogamiento del gato es muy necesario conocer con anterioridad el ritmo cardiaco del mismo.
Si encuentras el latido del corazón del gato, pero todavía no es capaz de respirar correctamente, entonces empieza a realizarle la respiración artificial. Inclina la cabeza hacia atrás para que la barbilla apunte hacia arriba. Coge aire y pon tu boca cerca de la boca del gato para sellarla adecuadamente. Deja que tu aire pase a la boca del animal. Repite hasta que veas un aumento en el pecho del animal.