La anisocoria es un signo médico que se emplea en aquellos casos en los que una pupila del ojo es más grande que la otra. Una situación que puede producirse en las personas, pero que igualmente afecta a los gatos, observándose en ellos que tienen una asimetría. Es decir, que sus dos pupilas no son iguales. Una uniformidad que es la lógica y la normal. Pero, ¿por qué sucede esto? ¿A qué se debe que los gatos no tengan las dos pupilas iguales?
La anisocoria
La anisocoria puede aparecer de forma ocasional y durante poco de tiempo, siendo habitual que se produzca en estos casos porque los ojos reciben diferente iluminación o cantidad de luz.
Sin embargo, también es posible que este signo dure de manera prolongada en el tiempo e, incluso, se mantenga de forma continuada en los gatos, siendo crónico. Son casos específicos en los que hay detrás un problema físico.
Varias son las causas que pueden explicar la anisocoria, aunque en general se debe a que los dos ojos no reciben por igual los estímulos físicos y no reaccionan por igual porque la fisiología o estructura no funciona de manera correcta.
No obstante, esta reacción se relaciona a veces con las emociones, aunque no está sólo vinculada con el plano emocional del gato, ya que en estas situaciones es habitual que las dos pupilas de los mininos se comporten igual. Siempre tiene que haber algo más que las emociones.
Posibles enfermedades
La anisocoria puede aparecer simplemente por un mal funcionamiento fisiológico, pero también puede haber detrás alguna enfermedad como el conocido como síndrome de Horner.
Este síndrome es un problema de salud que tiene que tenerse en cuenta, ya que se produce cuando una pupila se contrae y queda más pequeña que la otra. Un cuadro de síntomas que, una vez más, no se produce por reacciones ante emociones ni por estrés o cambios en la iluminación. Esto se debe a problemas en el sistema nervioso, que requieren la consulta y control en el veterinario.
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