Si algo caracteriza a los gatos es su curiosidad, una cualidad que los convierte en animales aventureros y fisgones y que, en ocasiones, puede exponerles a peligros como caídas, heridas, etc.
Aunque, en estos casos, será el veterinario el encargado de tratarle y curarle, es aconsejable conocer una serie de primeros auxilios para tomar las primeras medidas si nuestro gato sufre alguno de estos percances y así evitar que la situación empeore.
Caídas
Si ha sufrido una caída y está inconsciente, muévelo lo menos posible, para evitar lesiones internas. Si hemos de trasladarlo, lo mejor es utilizar una manta (tensa) y tener la ayuda de otra persona. Si no, lo mejor es esperar al veterinario.
Si creemos que se ha fracturado una pata, intentaremos que se mueva lo menos posible y después buscaremos una superficie plana y rígida donde trasladarlo al veterinario, cuidando de que la pata rota no quede bajo su cuerpo.
Envenenamiento
Nunca deberemos intentar provocarle el vómito, sino acudir al veterinario lo más pronto posible y, si podemos, con una muestra de lo que haya ingerido. Si la sustancia tóxica se ha adherido a su piel, impídele que se lama y la ingiera. Los síntomas que observaremos, si se ha intoxicado son vómitos, salivación excesiva, y espasmos.
Heridas
Si se pelea o se cae, puede producirse heridas. Si son superficiales, las limpiaremos y las desinfectaremos correctamente, prestando especial atención a la evolución de las mismas, sobre todo en las orejas. Si son más profundas, acudiremos al veterinario.
Si por las heridas sufre alguna hemorragia, la cubriremos con una gasa, aplicando presión sobre la misma o vendándola y acudiremos al veterinario.
Quemaduras
Para aliviar el dolor, aplicaremos agua fría y después una bolsa de hielo. No debemos cortar el pelo alrededor de la misma ni cubrirla con nada.
Hipotermia
En este caso, lo cubriremos con mantas y lo llevaremos al veterinario.