Los gatos son mascotas que siempre suelen utilizar el arenero para hacer sus necesidades. Además, una vez han aprendido desde pequeños a usarlo, no suele haber problemas, salvo en el caso de alguna enfermedad que derive en algún tipo de incontinencia. Pero, de vez en cuando, muestran algunos comportamientos que sorprenden. Y una de las que más llaman la atención es que se orine en la cama de sus dueños. ¿Por qué lo hace? Varios son los motivos que lo explican y todos y cada uno de ellos se deben tener en cuenta.
Los motivos
Los gatos que se orinan en la cama de los dueños o de la persona con la que tiene más afinidad en el hogar lo hacen porque ve en ella un lugar cómodo al ser grandes, blandas y tener el aroma de esa persona. Pero, además, también es un lugar tranquilo, de manera que puedan hacer sus necesidades fisiológicas sin ser molestados y sin ninguna interrupción.
Este gesto del gato también puede entenderse como una llamada de atención e, incluso, venganza por no dejarle dormir en la cama. De hecho, se ha observado que los gatos que no duermen en ella son más propensos a elegirla para orinar que aquellos mininos que suelen dormir con sus dueños o pasar algún tiempo en la cama. La clave está en que los gatos que duermen en ella entienden mejor que es un lugar que no debe ensuciarse, sino mantenerse limpio.
No obstante, a veces, el hecho de orinar en la cama por parte de los gatos que no suelen dormir por ella no es por venganza. Más bien es por desconocimiento porque no saben que es para dormir ni han experimentado esa sensación. Por lo tanto, no comprenden la necesidad de no ensuciarla porque no le ven ninguna utilidad. Más bien la conciben como un entorno tranquilo y seguro.
En otras ocasiones, los motivos de que el gato se orine en la cama están relacionados con el estrés del minino. Además, puede haber factores emocionales porque el minino podría no sentirse cómodo o no gustarle la ubicación o con el arenero por no ser lo suficientemente tranquila o ser una zona de paso o de difícil acceso. También puede concebirse como un capricho del gato.
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