No, no estamos hablando de perros que saben leer, sino de una terapia que se realiza en algunos países con la participación de perros que “enseñan” a los niños pequeños, con problemas de apredizaje, a leer. Los perros que hacen este trabajo están acompañados de unos monitores especializados en la terapia que se realiza en determinados lugares, como por ejemplo bibliotecas, para que los niños mejoren sus habilidades de lectura. Con la ayuda de los animales, los niños aprenden a confiar más en su propia capacidad de lectura.
¿Cómo funciona? Los perros no utilizan el lenguaje verbal, por lo que no critican o ridiculizan los esfuerzos del niño mientras este está leyendo. Los perros muestran interés. A muchas mascotas les gusta que se les hable y les gusta mantener una interacción tranquila con una persona sentada. Todo el proceso se realice en un ambiente muy educativo y muy relajado para que los protagonistas de esta bonita e interesante terapia estén más a gusto.
Premiar al niño por un período de sesiones de trabajo con el perro es fácil, ya que a la mayoría de los pequeños les encantan los animales y después de realizar su ejercicio, podrán disfrutar de una divertida sesión de caricias y juegos con su compañero de terapia.
Los perros, obviamente, no enseñan a leer, lo que hacen es conseguir una serie de beneficios emocionales que pueden facilitar el éxito en muchas de las tareas más estresantes de los pequeños. Estas mascotas también pueden participar en otras terapias, como por ejemplo en las de ayuda a la comunicación.