Otitis en perros


Si tenemos en casa un perro que tenga las orejas caídas, seguramente más de una vez nos habremos encontrado con que, al examinarla, observamos que la zona se ha enrojecido e inflamado, y el animal muestra dolor e incomodidad cuando le palpamos la zona o le acariciamos detrás de las orejas. Esto se debe a que está padeciendo una otitis externa.

Habitualmente, las otitis se originan por algún tipo de alergia y por la presencia de algún parásito, habitualmente ácaros, que se instalan en el conducto auditivo. También pueden aparecer si ha entrado algún cuerpo extraño en el oído de nuestra mascota o si se acumula pelo o suciedad en el canal auditivo.

Los síntomas de esta enfermedad son similares a los que muestran los gatos. Así, observaremos cómo el animal sacude la cabeza, o la inclina hacia el lado en el que sufre la otitis.

También es habitual verle rascarse las orejas o incluso frotarlas contra el suelo. Cuando le tocamos la zona, puede soltar algún ladrido de dolor e incluso, si siente gran dolor, puede tener una respuesta agresiva cuando le intentamos acariciar la cabeza.

Si vemos alguno de estos síntomas, deberemos llevar a nuestro perro al veterinario para que le prescriba el tratamiento adecuado o para que le haga una limpieza de oídos.

Para evitar la aparición de otitis, es importante limpiar con regularidad los oídos de nuestra mascota, especialmente si tiene las orejas caídas, porque la falta de ventilación de los oídos en estas razas hace que su aparición sea más frecuente, como ocurre en razas como el Coker Spaniel, el Schnauzer, etc. Para ello, deberemos limpiarle los oídos una o dos veces a la semana con gasas húmedas o limpiadores óticos, pero no deberemos utilizar bastoncillos porque pueden provocar mayor acumulación de secreciones en lugar de limpiarlos.

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