Cada vez es más habitual que las personas mayores vivan solas. La desestructuración de la familia, la despoblación de las zonas rurales y de ciudades pequeñas son algunas de las causas de que esto suceda. Es entonces donde entrarían en juego los gatos. Estos animales llevan a cabo una espléndida función social. Son animales de pequeño tamaño, de fácil cuidado, caseros y con un bajo coste de mantenimiento. Qué mejor mascota que esta para una persona de edad avanzada.
Una de las ventajas más importantes de este tipo de mascota sobre el resto es la grata compañía que le va a proporcionar a una persona mayor que viva sola. Los gatos se van a convertir en un estímulo de responsabilidad para estas personas que deberán cuidar cada día a su nueva mascota. Además de esto, les aportarán tranquilidad y serenidad a sus vidas, y si por desgracia estas personas mayores tienen alguna enfermedad crónica, el animal les ayudará indirectamente a olvidar en parte sus dolencias.
De tal forma que tener un gato como mascota hará al anciano sentirse útil y le permitirá establecer una relación de cariño, a la vez que recibe del animal un gran apoyo. Con todo los gatos suponen para nuestros mayores un aumento en las ganas de vivir y en sus pensamientos positivos. Les ayudará a superar la soledad, la lejanía de los familiares o el fallecimiento de algún ser querido.
Hoy en día está permitido en muchas residencias de ancianos, ya sean públicas o privadas, que los mayores puedan llevar al centro con ellos su animal de compañía. En el caso de que no lo tuvieran también se pueden solicitar a través de ciertas fundaciones.