Muchas personas eligen tener un acuario o pecera porque los peces son mascotas que no necesitan estar todo el día pendientes de ellos ni es preciso proporcionarles tantos cuidados diarios. Sin embargo, esto no es sinónimo de que no haya que prestarles atención y velar por que los peces tengan bienestar y estén a gusto en la pecera. De hecho, es habitual que muchas personas por inexperiencia o falta de conocimiento cometan algunos errores que pueden costar muy caros y no solo en términos económicos, sino emocionales, porque podrían generar la muerte de los peces.
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Tipos de filtros para los acuarios
Todos los acuarios deben tener algún tipo de sistema de filtración para mantener el agua limpia y saludable para los peces. Hay varios tipos de filtros que se pueden encontrar en las tiendas y que se adaptan a las necesidades de cada acuario del mismo modo que lo hacen a nuestro bolsillo. Existen tres tipos de filtros: mecánicos, químicos y biológicos.
Básicamente, un filtro mecánico elimina las partículas grandes en suspensión en el agua, un filtro químico mantiene el equilibrio del agua, y un filtro biológico aprovecha el poder de limpieza de las colonias de bacterias beneficiosas para purificar el agua que fluye a través de él. Unos de los más conocidos son los filtros de esquina. Su forma es como la de una caja realizada en plástico transparente que se sitúa exactamente en el interior.
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Tipos de filtros para peceras
El filtro es un mecanismo esencial en las peceras, ya que es el que, mediante el uso de materiales filtrantes, nos ayuda a mantener el agua de nuestro acuario libre de los productos nocivos que se acumulan en el acuario. Existen dos tipos principales de filtros, los interiores, que colocamos dentro del acuario, y los exteriores, que son mas adecuados para acuarios de gran tamaño.
Limpiar un filtro es muy sencillo, y es una tarea de la que no debemos olvidarnos para que realice sus funciones de forma óptima. La periodicidad ideal para la limpieza sería hacerla una vez al mes. Para limpiar el filtro sólo tenemos que detener el filtro, separar los materiales filtrantes que lo componen y lavarlos con agua fría, pero sin dejarlos completamente limpios, ya que en su interior se acumulan colonias de bacterias que son necesarias para que el filtro realice correctamente su función.