Al estar en una posición superior en la cadena alimentaria, los seres humanos tienden a pensar de sí mismos como seres mucho más refinados que el resto. Muchos piensan que son absolutamente perfectos, sobre todo si se compara con el resto de los habitantes del reino animal. Gracias a nuestro cerebro poderosamente desarrollado tenemos que abrir los ojos a nuestros cohabitantes y tomar algunas lecciones de vida importantes.
La razón que hay detrás de esto es simple: cuando se nos pide aprender cosas de otros animales, tendemos a pensar que somos seres demasiado evolucionados como para aprender nada de ellos. Siempre aparece una superioridad que acompaña a toda relación humana. Algunos animales han pasado a ser para nosotros simplemente seres entrañables. Su presencia en nuestras vidas está completamente libre de amenazas.
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