El estreñimiento es un problema que puede afectar a cualquier perro, aunque por suerte se puede tener más o menos controlado si se lleva una alimentación rica en fibra. En el caso de perros ancianos no suele ser muy efectiva esa alimentación ya que sufren atasco intestinal, lo que unido a enfermedades o tumores que provoquen estreñimiento puede ser muy difícil conseguir que se elimine el problema.
En los casos de estreñimiento grave, es posible que se necesiten medicamentos para poder solucionarlo. Te darás cuenta de que el perro está estreñido cuando veas que le cuesta mucho defecar, y además cuando lo consigue son heces pequeñas y duras. Es importante saber que no solo se puede curar el estreñimiento sino que también se puede prevenir, lo que hay que procurar hacer para poder conseguir que el perro esté siempre bien.
Alimentación rica en fibra
Una alimentación incorrecta fomenta el estreñimiento, con lo que es vital que sea rica en fibra, verduras y otros nutrientes que hagan que sea una dieta equilibrada. Si la alimentación es la adecuada, se favorecerá el tránsito intestinal, lo que evitará el estreñimiento. La dieta debe adaptarse a la edad, tamaño y nivel de actividad del perro, dándole siempre comida acorde a sus necesidades para que pueda estar lo más sano posible.
Evitar el estreñimiento
Además de la alimentación, hay otros factores que pueden ayudarte a evitar el estreñimiento en tu mascota. La hidratación es muy importante, así que el perro debe beber la cantidad de agua que necesite, ni más ni menos, lo que también ayudará a que la digestión sea adecuada. Hay alimentos específicos que ayudan a prevenir el estreñimiento.
Factores que lo fomentan
Los perros ancianos tienen atasco intestinal, con lo que padecen más estreñimiento que los perros jóvenes. La afección de próstata también es un factor desencadenante ya que la zona inflamada presiona el recto e impide que el perro pueda defecar con normalidad. Por último, los tumores en el recto también pueden provocarlo, así que si tu perro tiene estreñimiento en muchas ocasiones, conviene revisarlo de vez en cuando para poder descartar que se trate de un tumor.