Todos los animales con pelo son susceptibles a sufrir el ataque de las temidas pulgas. Las pulgas pueden causar muchos problemas de salud a nuestras mascotas, sobre todo si estos también sufren una reacción alérgica. Las pulgas son similares a los piojos humanos. Estas son capaces de atacar también indiscriminadamente a perros y gatos. Liberan una sustancia química tóxica a través de su saliva.
Cuando esta saliva entra en contacto con la piel los atacados sufren de dermatitis alérgica por pulgas. Esta es una enfermedad de la piel que hace que la piel de la mascota pique y arda. Conduce al enrojecimiento de la piel, aparición de forúnculos con pus, o la pérdida de pelo junto con la aparición de escamas. Cuando hace frío las pulgas utilizan el perro como su huésped y habitan en su piel, que actúa como un micro-ambiente perfecto para ellas.
Es muy difícil verlas, ya que son rápidas y muy pequeñas. Crecen en la humedad, se alimentan de la sangre y ponen sus huevos en el pelo, que se cae cuando el animal rasca la piel. Esto provoca que los huevos se adhieran a un hábitat externo, como los seres humanos. La humedad es la razón por la cual estas pulgas infectan principalmente la cola, en el vientre, y cerca de los oídos.
Estas pulgas son a menudo portadoras de la tenia y la bacteria que causa la peste, lo que conlleva a consecuencias desastrosas para perros y gatos. La mayoría de estos animales si no son tratados, pueden llegar a morir. Algunos perros sufren de alergia a las pulgas grave y son extremadamente sensibles lo que hace que un simple bocado les produzca un sinfín de problemas.