Los perros, como las personas, pasan calor en verano. Y no todo vale para refrescar a la mascota. Como en anteriores días hemos comentado, es especialmente importante tener cuidado con el aire acondicionado, al igual que con los ventiladores o cualquier otro sistema de refrigeración. Pero, además, se pueden seguir una serie de consejos para que el perro esté más “fresquito” sin poner en riesgo su salud.
Alimentación
Una de las mejores maneras de aliviar al perro del calor que hace en el verano está relacionada con la alimentación. En esta época del año es todavía más importante que siempre tenga agua a su alcance para cuando necesite beber y que, por supuesto, esté fresquita. Esto implica tener que cambiarla con más frecuencia y prestar más atención a las necesidades del perro.
En la alimentación también es conveniente optar por introducir algunos alimentos que son más refrescantes, pero sin hacer cambios bruscos en su dieta y siempre siguiendo los consejos del veterinario.
Dentro de estas opciones, están las frutas y verduras –siempre las que son aptas para los perros-, que se pueden dar como golosina puntual o, por ejemplo, cuando se lleva de paseo al parque.
También se puede fraccionar la cantidad de comida que ingiere al día para hacer tomas más pequeñas. Así se evita que se llene de golpe, aparte de facilitarle la digestión para que no sea pesada y se sienta peor todavía por el calor.
En casa
Para que la temperatura no sea elevada en casa y no abusar del aire acondicionado, una buena opción es ventilar las habitaciones en las primeras horas de la mañana o en las últimas de la tarde para que el aire se renueve.
Salidas
Y, para pasear al perro, lo más adecuado es elegir las horas más frescas del día, evitando las de mayor calor como las horas del mediodía y primeras de la tarde. Además, si el perro puede salir al jardín de casa, también hay que tener cuidado. No es conveniente que salga en las horas de mayor exposición solar porque puede quemarse o tener un golpe de calor.
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